El amor nunca se pierde, Si no es reciproco fluirá hacia atrás y suavizará y purificará el corazón.
Nacemos del amor y venimos del amor es nuestra mayor bendición y nuestra única misión compartir y amar Si hubiéramos vivido el amor en toda su dimensión durante nuestras infancias, habríamos desarrollado simultáneamente la compasión por el otro y el interés permanente por hacer el bien. Sentiríamos a la Tierra llorar o despertar, sentiríamos a los animales y a las plantas, sentiríamos a otros niños en sus alegrías o sufrimientos, y estaríamos atentos para compensar cualquier falta o necesidad sin sopesar si nos conviene. Ahora bien, los seres humanos nacemos inmaduros. Para que en el futuro podamos desplegar nuestros recursos, incluyendo el desarrollo de la capacidad de amar, tenemos que atravesar toda nuestra infancia en estado de recibimiento. Este estado es fundamental, mucho más de lo que las teorías filosóficas y religiosas nos recuerdan hoy en día. El amor nos hace mejores personas cuando se hace desde el corazón y libres. Pero ¿qué pasa si incluso haciendo ese esfuerzo no nos sentimos amados? No pasa nada. Cuando fuimos niños hubiésemos necesitado ese amor incondicional. En cambio, la edad adulta se convierte en un estado dadivoso. Solo amando nos daremos cuenta de que no precisamos nada más. Que el hecho de estar atentos y disponibles nos transforma, nos embellece y nos inunda de felicidad. Siempre que de tanto en tanto, cuando aparezcan vestigios de esa necesidad infantil sepamos que esos sentimientos están ahí arraigados, pero ya no constituyen nuestra realidad. Y la manera de abordarlos con conciencia es reconociendo que hemos madurado y que nadie nos puede impedir hacer el bien. NO EXISTEN LÍMITES PARA EL PODER DEL AMOR - JOHN MORTON
TODO AMANTE ES UN SOLDADO EN GUERRA - OVIDIO
Una de las reflexiones más antiguas sobre el rol de la persona que ama.
El amor nunca se pierde, Si no es reciproco fluirá hacia atrás y suavizará y purificará el corazón. (Washington Irving)
Annita Belluncci xx
We are born from love and we come from love is our greatest blessing and our only mission to share and love If we had lived love in all its dimensions during our childhoods, we would have simultaneously developed compassion for the other and a permanent interest in doing good. We would feel the Earth cry or wake up, we would feel animals and plants, we would feel other children in their joys or sufferings, and we would be attentive to compensate for any lack or need without weighing whether it suits us. Now, human beings are born immature. So that in the future we can deploy our resources, including the development of the capacity to love, we have to go through our entire childhood in a state of welcome. This state is fundamental, much more than what philosophical and religious theories remind us today. Love makes us better people when it is done from the heart and free. But what if - even making that effort we don't feel loved? Nothing happens. When we were children we would have needed that unconditional love. Instead, adulthood becomes a giving state. Only by loving will we realize that we do not need anything else. That the fact of being attentive and available transforms us, embellishes us and floods us with happiness. Whenever from time to time, when vestiges of that infantile need appear, we know that those feelings are ingrained there, but they no longer constitute our reality. And the way to approach them with conscience is by recognizing that we have matured and that no one can prevent us from doing good. THERE ARE NO LIMITS TO THE POWER OF LOVE - JOHN MORTON EVERY LOVER IS A SOLDIER AT WAR - OVID One of the oldest reflections on the role of the person you love.
Love is never lost. If it is not reciprocal it will flow backwards and will soften and purify the heart. (Washington Irving)
Annita Belluncci xx❤️🌏🌎🌍😘
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