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Foto del escritorAnna Belluncci

La experiencia es una llama que no alumbra sino quemando

Hola, mis caballeros guapos hoy comparto unos selfis con cariño y unas reflexiones de Pérez Galdós con cariño.



Imagen de la vida es la novela y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de la raza, y las viviendas, que son el signo de la familia, y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo sin olvidar que debe existir perfecto fiel de la balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción (Galdós, 1972: 175).



Pero la clase media, la más olvidada por nuestros novelistas, es el gran modelo, la fuente inagotable. Ella es hoy la base del orden social: ella asume por su iniciativa y por su inteligencia la soberanía de las naciones y en ella está el hombre del siglo xix con sus virtudes y sus vicios, su noble e insaciable aspiración, su afán de reforma, su actividad pasmosa. La novela moderna de costumbres ha de ser la expresión de cuanto de bueno y malo existe en el fondo de esa clase, de la incesante agitación que la elabora, de ese desempeño que manifiesta por encontrar ciertos ideales y resolver ciertos problemas que preocupan a todos, y conocer el origen y el remedio de ciertos males que turban a las familias. La grande aspiración del arte literario en nuestro tiempo es dar forma a todo eso (Galdós, 1972: 118).


"No quiero yo alas ni alones, ni andar entre ángeles sosos que tocan el arpa. Déjenme a mí de arpas y acordeones y de fulgores celestes. Venga mi vida mortal, y salud y amor, y todo lo que deseo". Benito Pérez Galdós


Annita Belluncci xx


Hello, my handsome gentlemen, today I share some selfies with affection and some reflections of Pérez Galdós with affection


Image of life is the novel and the art of composing it is based on reproducing human characters, passions, weaknesses, the great and the small, the souls and the physiognomies, everything spiritual and physical that constitutes and surrounds us, and the language, which is the mark of the race, and the dwellings, which are the sign of the family, and the clothing, which designs the last external traces of the personality: all without forgetting that there must be a perfect faithful balance between the accuracy and beauty of reproduction (Galdós, 1972: 175).


But the middle class, the one most forgotten by our novelists, is the great model, the inexhaustible source. Today she is the basis of the social order: she assumes by her initiative and by her intelligence the sovereignty of nations and in her is the man of the nineteenth century with his virtues and his vices, his noble and insatiable aspiration, his desire for reform, its amazing activity. The modern novel of customs has to be the expression of how much good and bad exists at the bottom of this class, of the incessant agitation that produces it, of that performance that it manifests to find certain ideals and solve certain problems that concern everyone, and to know the origin and the remedy of certain ills that trouble families. The great aspiration of literary art in our time is to give shape to all that (Galdós, 1972: 118).



"I do not want wings or wings, or walk among bland angels who play the harp. Leave me with harps and accordions and celestial gleams. Come my mortal life, and health and love, and everything I desire." Benito Pérez Galdó


Annita Belluncci xx

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