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Foto del escritorAnna Belluncci

Su fuerza y Su dirección te ayudarán a caminar entre espinas.🌹

La Rosa y la Espina.


Había un hombre muy precavido que

Aquel que nunca se rió ni jugó;

el nunca se arriesgó, ni nunca intentó nada,

el nunca cantó u oró.

Y cuando un día murió,

el seguro de vida se negó a pagar,

porque, como nunca había vivido,

¡dijeron que no había muerto!


El proceso de vivir es en sí un riesgo, pero todos tenemos que enfrentarnos a él en diferentes etapas. Para aprender a caminar, un bebé debe arriesgarse al dolor que producen las caídas. El adolescente que acaba de sacar la licencia de conducir se enfrenta al mayor riesgo de su vida como conductor.


Y el empresario que intenta afianzarse o ampliar su empresa sabe que también corre riesgo de sufrir una pérdida sustancial.


Por lo tanto, si existe tal potencial de sufrimiento cuando tratamos de crecer y alcanzar metas en la vida, ¿por qué lo intentamos?


Una razón es que Dios nos ha bendecido con un impulso interior que nos lleva a mejorarnos en la vida.

Con mucho acierto alguien ha dicho que ” llega el día en que el riesgo de quedarse como un brote es más doloroso que el riesgo de florecer “. Y sabemos que no podemos recoger rosas sin correr el riesgo de herirnos con una espina.


Pero cuando la posibilidad de enfrentarnos a las espinas es demasiado dolorosa, recuerda que cuando Dios te inspira a cortar nuevas rosas, puedes confiar en que Su fuerza y Su dirección te ayudarán a caminar entre espinas.


The Rose and the Thorn.


There was a very cautious man who

He who never laughed or played;

he never took a risk, nor ever tried anything,

he never sang or prayed.


And when one day he died,

the life insurance refused to pay,

because, as he had never lived,

they said he had not died!


The process of living is itself a risk, but we all have to face it at different stages. To learn to walk, a baby must risk the pain of falling. The teenager who has just got his driver's licence faces the greatest risk of his life as a driver.


And the entrepreneur trying to get a foothold or expand his or her business knows that he or she is also at risk of substantial loss.


So if there is such potential for suffering when we try to grow and achieve goals in life, why do we even try?


One reason is that God has blessed us with an inner drive to improve ourselves in life.


Someone has rightly said that "the day comes when the risk of remaining a bud is more painful than the risk of blossoming". And we know that we cannot pick roses without running the risk of wounding ourselves with a thorn.


But when the prospect of facing thorns is too painful, remember that when God inspires you to cut new roses, you can trust His strength and direction to help you walk among the thorns.


Anna Belluncci. Xx 🌏🌍🌎♻️🕊💙♥️💚

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